Archivos mensuales: Abr PM

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Mandarina Borda nace en 2012 como espacio de creación e investigación desde el que repensar la identidad de lugar vinculada a la naturaleza, tratando de construir un paisaje con el que nos sintamos identificados. Los medios a través de los que se desarrolla nuestra actividad son: el huerto mandala, la cocina energética y el mapa corporal, siendo el arte el catalizador de todos estos procesos. Trabajamos con los materiales que nos ofrece el territorio, tales como la caña, la enea, el palmito… así como con los restos que se derivan de los cultivos: poda de naranjos, restos de pieles de naranja… cooperando con el mantenimiento de nuestra vegetación espontánea y con el reciclaje de residuos orgánicos.

Identidad de lugar 

Construimos nuestra identidad en el constante giro de una espiral de doble dirección. Por un lado nos expresamos, y es a través de ese interactuar con el otro que nos abrimos al mundo; por otro lado, la interacción nos proporciona nuevas experiencias, conocimientos con los que nos sentimos identificados, y por tanto los recogemos hacia nuestro interior, haciéndolos propios, resinificándonos en cada nueva vuelta. En Mandarina Borda proponemos realizar estos dos trayectos, el que va desde el exterior de uno mismo hacia su interior por medio del huerto mandala, y el que se dirige del interior de uno mismo hacia el exterior mediante la construcción del mapa corporal. La cocina la concebimos como el vínculo entre el paisaje del huerto y el de nuestro cuerpo.

La identidad de lugar es subjetiva y depende del espacio en cuanto entorno en el que habitamos y con el que interactuamos, y está íntimamente ligada a la concepción que tenemos de la naturaleza y de nuestro lugar en ella.

En el campo del arte la representación del paisaje ha reflejado los diferentes modos en que una sociedad se relaciona con la naturaleza, definiendo el modo de ver, interpretar y habitar el territorio.

Un territorio se convierte en lugar en la medida en que interactuamos con él, a través de nuestras acciones, pensamientos y afectos, de este modo vamos tejiendo paisajes significativos que moldean nuestro cuerpo. El paisaje lo entendemos como  constructo fenomenológico que elabora el sujeto a través de su interacción con el entorno. Tanto el territorio como el cuerpo se convierten en lugar en la medida en que nos sentimos identificados con él. Pero identificación no es sinónimo de identidad, la identificación implica sentir como propio lo otro, percibir la resonancia del otro en uno mismo, mientras que la identidad sería el conjunto de paisajes elaborados a partir de múltiples identificaciones.

Objetivos:
1. Hacer visible la identidad del lugar en relación a los usos de la tierra.
2. Fomentar el desarrollo sostenible del territorio agrícola local, haciendo uso del arte como elemento regenerador.
3. Despertar los sentidos a través del arte, la naturaleza y la geometría, para que el cuerpo recupere su propia percepción.
4. Difundir la cultura agroecológica y el desarrollo sostenible.
5. Promover hábitos de vida saludables.

Gestiona Enriqueta Rocher Muñoz, artista y docente.
Licenciada en Bellas Artes por la Universidad Politécnica de Valencia, con estudios de postgrado dentro del programa de doctorado: “Espacio público y regeneración urbana: Arte y Sociedad”, Universidad Autónoma de Barcelona, donde obtiene el Diploma de Estudios Avanzados en 2003.
Desde 1998 el tema que centra su obra es la “Identidad de Lugar”, a través de la fotografía, el vídeo y la videoinstalación realiza un análisis de las diferentes etapas por la que atraviesa el ser humano hasta conformar su identidad, en las cuales la presencia de la Naturaleza y la Energía se muestran siempre presentes.
+ info: www.enriquetarocher.com
En 2012 crea la asociación cultural sin ánimo de lucro Mandarina Borda, ubicada en un pequeño pueblo de la Cominidad Valenciana, Palmera, desde la que se propone acercar el arte a la vida, bajo las premisas anteriormente citadas.
Desde 1994 imparte clases de Arte en Educación Secundaria, dentro del Sistema Educativo Español, cuerpo al que pertenece desde 1997.

BROSTA I_ Planeta Brosta_2015

A partir de los restos de poda de naranjo (denominados localmente ‘Brosta’) nos proponemos colaborar con la naturaleza para co-crear vida. Partiendo de prácticas de permacultura y haciendo uso de nuestra creatividad experimentaremos los modos de gestionar la ‘Brosta’ para alimentar la vida.

Conscientes de que el modo en que nutrimos la tierra es el mismo modo en el que nos alimentamos a nosotros mismos, acompañamos estas sesiones de ‘desbrosting’ con una degustación de productos locales, aprendiendo de este modo a sostenernos como se sustenta la Tierra.